El machismo es la aplicación del sistema patriarcal en los comportamientos sociales. Es la creencia de que lo masculino es superior y lo femenino debe estar subyugado a él. También, puede ser entendido como el comportamiento en el que las actitudes, acciones y discursos son coherentes con un sistema social en el cual los hombres y mujeres forman dos grupos basados en una desigualdad que afecta especialmente a las mujeres.
Según el Diccionario ideológico feminista, el machismo es “el conjunto de leyes, normas, actitudes y rasgos socioculturales del hombre cuya finalidad, explícita y/o implícita, ha sido y es producir, mantener y perpetuar la opresión y sumisión de la mujer a todos los niveles: sexual, procreativo, laboral y afectivo.
Inicialmente se consideró el machismo sólo como una expresión de superioridad de los hombres sobre las mujeres, lo cual perpetraba prácticas discriminatorias contra ellas. Y aunque esto es así en su mayoría, esta mirada se amplió para comprender que no sólo era contra las mujeres, sino contra todo lo que fuera feminizado en la cultura.
De esta manera por ejemplo, se notó que los hombres homosexuales se consideraban «no masculinos» y al no serlo se justificaban actos de discriminación y violencia contra ellos, los cuales en su mayoría estaban basados en que se les asignaban características femeninas. De aquí que ser un “afeminado” se convirtiera en un grave insulto contra ellos que cuestionaba su masculinidad y se convertía en una deshonra social contra la cual debían luchar, rearfimando una masculinidad hegemónica como única posibilidad.
Otro ejemplo de esto es que la educación para las niñas en gran medida se orienta a enseñarles a ocupar un estatus social en el cual los hombres son superiores, más fuertes, con más autoridad y valor. No en vano en muchos lugares del mundo aún se celebra cuando nace un niño y se considera menos importante o incluso una tragedia que nazca una niña.
Esta ideología genera en la sociedad lo que llamamos violencias basadas en género.
Ejemplos del machismo en las creencias
- Los hombres son racionales y las mujeres son emocionales
- Las mujeres son naturalmente las encargadas del cuidado y las actividades domésticas
- Los hombres están más capacitados para la vida pública mientras que las mujeres están más dotadas para la vida afectiva y privada.
- Los hombres son más imperantes y las mujeres más pasivas.
- Las mujeres deben ser ejemplo de castidad, sumisión y delicadeza
- Los hombres tienen grandes necesidades sexuales que no pueden controlar, mientras las mujeres son más enamoradizas y tienen menos deseo sexual.
- Los hombres son psicológicamente más fuertes y estables, las mujeres son más volubles y vulnerables.
- Los hombres son independientes y las mujeres dependientes
Entre las expresiones machistas en el hogar, están que las mujeres sean consideradas la base del hogar y quienes “por naturaleza” deben ejercer todas las actividades de cuidado: aseo, alimentación, cuidado de niños, niñas y personas adultas, además de las labores alrededor de lo que implica para muchas cumplir con roles heteronormativos en la vida conjunta con sus esposos o compañeros permanentes.
Una consecuencia de esto y de el estatus inferior que se le ha dado socialmente a las mujeres, es el fenómeno de feminización de la pobreza, ya que las labores que se han considerado “naturalmente” femeninas, han sido también las menos valoradas económicamente, incluso considerándose una obligación por la que no reciben ninguna retribución económica.
Fuente original: https://estudiosdegeneroal.com/