En un informe publicado esta semana, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) señala que los brotes de enfermedad afectan a hombres y mujeres de manera diferente, y que las pandemias empeoran las desigualdades a las que ya se enfrentan mujeres y niñas.
Visto que las mujeres representan globalmente el 70 % del personal en el sector social y sanitario, se debería prestar especial atención a cómo su entorno de trabajo puede exponerles a la discriminación, así como a su salud sexual y reproductiva y sus necesidades psicosociales como trabajadoras sanitarias de primera línea, señala el informe.
Durante una crisis, las mujeres y niñas pueden encontrarse en mayor riesgo de sufrir violencia de pareja y otros tipos de violencia doméstica debido a un aumento de la tensión en el hogar.
El informe establece que, además, la salud y los derechos sexuales y reproductivos son un aspecto significativo de la salud pública que requiere gran atención durante las pandemias. Los embarazos y partos seguros dependen de sistemas sanitarios funcionales y de una adherencia estricta a la prevención de infecciones.
“Sin duda, debemos combatir el virus por el bien de la humanidad, centrándonos en las personas. Particularmente, en las más afectadas: mujeres, personas mayores, jóvenes, trabajadores precarios, pequeñas y medianas empresas, el sector informal y los grupos de riesgo”, ha recalcado el Secretario General, António Guterres, durante la pandemia.
Cinco pasos que pueden dar los gobiernos
En primer lugar, deben asegurar que las necesidades de médicas y enfermeras estén integradas en cada ámbito de las actividades de respuesta.
«Como mínimo, significa asegurar que productos de higiene menstrual como compresas y tampones se encuentren disponibles para las proveedoras de cuidados y personal de primera intervención. Deben formar parte del equipo de protección personal», dice Anita Bhatia, Directora Ejecutiva Adjunta de ONU Mujeres.
Segundo, asegurar que las líneas directas y los servicios dedicados a las víctimas de violencia doméstica se consideren «servicios esenciales». Ello implica que se mantengan abiertos y que los organismos de seguridad estén concienciados de la necesidad de responder a las víctimas. Pueden seguir el ejemplo de Quebec y Ontario, que han añadido los refugios para mujeres supervivientes a la lista de servicios esenciales.
Tercero, los rescates y medidas de estímulo deben incluir medidas de protección social que reflejen las circunstancias especiales de las mujeres y reconozcan la economía asistencial. Esto implica asegurar las prestaciones de los seguros sanitarios a quien más las necesitan, además de conceder bajas por enfermedad y/o pagadas a quienes no puedan acudir a su puesto de trabajo debido al cuidado de niños o personas mayores en casa.
Cuarto, los líderes deben encontrar la forma de incluir a mujeres en la toma de decisiones de respuesta y recuperación. Incluir voces de mujeres en la toma de decisiones, tanto a nivel local como municipal o nacional, dará mejores resultados. La respuesta al ébola se benefició de la inclusión de diversos grupos de mujeres.
Quinto, los responsables políticos deben prestar atención a lo que ocurre en los hogares y apoyar un reparto igualitario de la carga de cuidados entre hombres y mujeres. Es una gran oportunidad para «desestereotipar» los roles de género que están presentes en muchos hogares alrededor del mundo.
Igualdad de género en acción
Los equipos nacionales de las Naciones Unidas están trabajando para asegurar que las necesidades de las mujeres estén reflejadas en las respuestas al COVID-19 a nivel local.
En Guatemala, un ámbito clave del apoyo del equipo de la ONU es prevenir y tratar la violencia contra mujeres y niñas, algo crucial cuando se pide permanecer en casa. América Central tiene una de las mayores tasas de feminicidio en el mundo, y la violencia ocurre principalmente en el hogar a manos de la pareja.
En Argentina, ONU Mujeres, a través de la iniciativa Spotlight─apoyada por la Unión Europea y la ONU─ ayuda a las autoridades locales y nacionales para asegurar un servicio continuo a las víctimas de violencia doméstica.
Cuando la pandemia del coronavirus llegó a su país, Giorgi Kekelidze, el director de la Biblioteca Nacional de Georgia, sintió una urgencia por fomentar el compromiso igualitario en los cuidados y las tareas del hogar.
En Georgia, las escuelas están cerradas desde el 2 de marzo, y se declaró el estado de alarma durante un mes el 21 de marzo. Hombres destacados, incluyendo actores, escritores, atletas y famosos, están compartiendo vídeos de sí mismos leyendo historias a sus hijos con la intención de animar a los hombres a que cumplan un papel más activo dentro de sus familias.
Como participante activo de MenCare, campaña iniciada por UNFPA, Kekelidze está haciendo su parte. Sus vídeos, en los que aparece leyendo cuentos para niños, se han retransmitido en el Canal 1 de la emisora pública de Georgia, después del telediario de la tarde. También se comparten en la página de Facebook de MenCare.
«Al leer cuentos de hadas a los niños que están encerrados en casa, podemos utilizar estas historias mágicas y ficticias para distraerles de esta realidad tan preocupante» dijo Kekelidze, que es también escritor. «Y nosotros, los hombres, que muy pocas veces hemos hecho este tipo de lectura, descubriremos que es una ocupación muy placentera.»
El periodista y profesor, Giorgi Liparishvili, también apoya la campaña MenCare y afirma que los hombres están empezando a darse cuenta de lo difícil que es proveer cuidados «ahora que todo padre es un profesor y toda casa una escuela».
«Participar en esta campaña es una forma de mostrar a las mujeres que no están solas, y de que los niños sientan el apoyo de sus padres, hermanos, abuelos, tíos, amigos y profesores,» añade.
Un estudio encargado por la UNFPA el año pasado descubrió que menos del 18 %de los padres georgianos se involucraban diariamente en los cuidados de sus hijos de menos de seis años. Esta cifra se desplomaba a menos del 5 % cuando los niños alcanzaban la adolescencia.
Esta historia de UNFPA sobre los padres georgianos ilustra cómo los efectos de COVID-19 afectan duramente a las mujeres, no solo en ese país, sino en todo el mundo.
En un comunicado reciente, el Secretario General, António Guterres, pidió que la prevención de la violencia contra las mujeres formase una parte esencial de los planes de respuesta nacionales frente al COVID-19.
Autor y fotografias: www.un.org
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