Deporte y menstruación: ¿dónde están las reglas?

Deporte y menstruación: ¿dónde están las reglas?

Aurora: BÁRBARA G. VILARIÑO

¿Podemos ignorar la influencia de la regla en el rendimiento de las atletas cisgénero? Desde la profesionalización hasta la práctica popular, profesionales de la ciencia y del deporte intentan alcanzar un consenso sobre cómo valorar su incidencia.

Año 2016. Juegos Olímpicos de Río. La nadadora china Fu Yuanhui se retuerce de dolor tras terminar cuarta en la prueba de relevos de 4×100 metros. “Me vino la regla y no he competido lo suficientemente bien para el equipo”. Con esa frase rompió tabús no solo en su país, donde dudaban de que pudiese nadar con la menstruación o incluso usar tampones…, sino también en el deporte femenino mundial.

¿Qué ocurre cuando una deportista de élite tiene la regla? Por lo general, nada. No se tiene en cuenta cómo repercute dentro de su plan de entrenamiento o, cuando se considera, se trata de modificar intencionadamente mediante un chute hormonal de píldoras anticonceptivas. El caso más conocido es el de la gimnasia rítmica, tal vez el deporte más tecnificado para la mujer cisgénero. Sobre el resto de disciplinas, habla por sí mismo el hecho de que rara vez se encuentren tampones o compresas dentro del botiquín de un equipo femenino.

Aunque la singularidad de la menstruación varía en cada caso (no todas sufren dolores, otras pasan su ciclo con muy poca energía…), lo que sabemos científicamente es que después de la ovulación se incrementa la temperatura basal, por lo que se tiene menor tolerancia al calor y hay que prestar atención a los entrenamientos a altas temperaturas. Además, en los primeros días de regla, las heces se vuelven más blandas y algunas mujeres llegan a experimentar una leve diarrea, que en caso de practicar deportes de gran desgaste físico (ultramaratones, ironman, etc.) puede favorecer la deshidratación.

Durante la menstruación aumenta la relaxina, hormona que contribuye a que, especialmente dos días antes del comienzo del sangrado, el riesgo de lesión articular sea mayor. Además, los ligamentos sacro ilíacos se encuentran más laxos y eso suele repercutir en molestia lumbar. Por tanto, cualquier mujer que practique deporte ha de efectuar, como mínimo, un trabajo de prevención de lesiones en función de la disciplina que practique. “A partir de aquí, cada atleta y profesional del deporte debería preguntarse por las dinámicas que se tenían como buenas y probar qué sensaciones se perciben durante el ciclo ovárico, tomar nota, analizar e implementar. Si no vas con tu cuerpo, desde luego no vas a rendir igual”, sintetiza Mónica Rodríguez, licenciada en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, experta en trabajo físico de la mujer en actividad física y cáncer.

La regla no escrita: entrenarse con el cuerpo

Puede parecer una obviedad, pero muchas mujeres cisgénero practican deporte sin estar en consonancia con su cuerpo, con su ciclo ovárico. Y ya se sabe que cuando hay tabú, proliferan los mitos: algunas llegan a admitir que la regla puede ser una circunstancia incapacitante e incluso a aceptar quedarse sin ella por sobreesfuerzos. “Que una mujer pierda la menstruación durante su programa de entrenamiento se debe a una negligencia que afectará a su constitución ósea y hormonal, además de ocasionarle otros problemas de salud a medio y largo plazo”, explica Alberto Bataller, profesor de Teoría del Entrenamiento y Planificación, quien dirige un programa de postgrado sobre mujer deportista tras la experiencia de haber entrenado a la triatleta de élite Ana Burgos… una experiencia.

Esta es la principal problemática de las reglas sin reglas. Las evidencias científicas son pocas y los estudios escasos. Buena parte de estos reportes proceden del norte de Europa y se llevan trabajando desde los años 90 (anteayer, como quien dice). Las poblaciones analizadas resultan tan reducidas que no extrapolan cómo atajar la incidencia de la menstruación en las distintas casuísticas.

No debería causar sorpresa este hecho, pues “hasta 1990 no había muestras clínicas con mujeres, así que muchos experimentos se realizaron en cuerpos masculinos. Tengamos en cuenta solo este ejemplo para corroborar la distinta morfología: en un hombre un infarto no se manifiesta de la misma manera que en una mujer”, detalla Cristina López Villar, doctora en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. En la asignatura que imparte en la Universidad de A Coruña (cuatrimestral y optativa) propone que sus alumnas registren sus propios ciclos ováricos, aunque solo sea por hacer que se planteen la cuestión, “porque primero debemos informar y cuestionarnos el relato científico heredado; las ciencias no son objetivas”, subraya.

López Villar va un paso más allá en su razonamiento sobre la ciencia y su objetividad: “Debemos interrogarnos cómo y quién hace las investigaciones y sobre qué población. ¿Podemos decir que absolutamente todas las mujeres viven la regla de la misma manera?”, lanza al aire. Precisa que, por ahora, “todo lo publicado y divulgado se basa en experiencias personales, o en grupos muy reducidos, y con ello no se pueden extraer afirmaciones categóricas” y añade dos factores para determinar el rendimiento: la comunicación con la deportista, para detectar las alteraciones concretas, y no dar por normales alteraciones que pueden esconder dismenorrea o endometriosis.

Sangran y hablan: las deportistas que siguen sus reglas

Sandra Saavedra fue la fisioterapeuta del equipo de fútbol sala Burela Pescados Rubén (campeón de la máxima categoría en España en cuatro ocasiones). Durante la temporada 2017/2018, puso en práctica un programa de trabajo preventivo según el ciclo ovárico. No consideraba que hubiese otra manera de plantearlo: “La morfología entre hombres y mujeres es distinta; en el caso de la mujer hay un suelo pélvico que amortigua y devuelve presiones, además de entroncarse con isquiotibiales y abductores y ayudar a colocar el abdomen en posición correcta. Otro condicionante físico radica en que sigues un ciclo —ovárico— al que debes acompasarte: no se trata de que sangres una vez al mes, sino que pasas por distintos periodos y hay que tomar nota de esos cambios. Me parece irresponsable que no se le esté dando este tipo de información a las deportistas porque las estamos poniendo en desventaja ante los hombres”, argumenta Saavedra.

La labor de Saavedra se centró en la prevención de lesiones y en el abordaje de las dinámicas de grupo. “La consciencia corporal resulta tan relevante como el trabajo puramente físico: escucharse y comentar el autocuidado benefician la detección a tiempo de una lesión como la tendinitis, que registra síntomas previos. El ritmo de la alta competición exige que no pares, que no pienses… pero ese autocuidado, conocer el porqué de ciertas dinámicas, favorece a la deportista en su adhesión al tratamiento”, replica.

Sorprende que las deportistas de alto nivel consultadas nunca se hayan parado a pensar en la influencia de su menstruación en la práctica deportiva. “Por la rutina no te paras a pensar ni a detectar las necesidades de tu cuerpo”, indica Jozy, portera internacional con la selección brasileña y jugadora del Burela Fútbol Sala. “El trabajo técnico teniendo en cuenta mi regla fue el único diferente y específico que realicé en mis 15 años de carrera profesional”, puntualiza. La cierre del equipo, Bea Mateos, explica: “A mis 32 años tuve que descubrir que gano más y que sufro menos dolores si entreno en consonancia con mi ciclo”. Mateos hace hincapié en el autocuidado, “no todo es jugar y ya está: gracias a las enseñanzas de Sandra Saavedra conocemos la importancia del descanso y de controlar las señales de alarma de tu cuerpo, que pueden manifestarse de forma distinta en cada una”.

Ángela Iglesias habla como jugadora y fisioterapeuta que desempeñó su profesión en equipos gallegos de segunda división de fútbol sala: “Cualquier condicionante influye en el rendimiento —contextualiza, al tiempo que pregunta—, ¿cómo puede ser que a equipos de 2ªB de fútbol masculino se les reserve hasta un hotel para echar la siesta y en uno femenino ni siquiera se anota en un bloc de notas las sensaciones o dolores que pueden tener las jugadoras con la regla?”. En su experiencia como fisioterapeuta, sostiene que fue la peor pagada en un club masculino a pesar de ser la única con formación. Mientras, unas deportistas de máxima categoría toman un bus a una provincia alejada, juegan y vuelven en el día, sin importar si tienen la regla o si sufren dolores. “Si el rendimiento de las atletas no resulta relevante, nunca lo será su presencia en el mundo del deporte”, concluye.

Formación sin reglas

El problema de la falta de consideración de la menstruación viene en gran medida de los cimientos, de formación. «Durante mi periodo de aprendizaje en la INEF nadie me explicó que lo que llamamos ‘abdominales de toda la vida’ —mediante encogimientos— machacaban el suelo pélvico, y de ahí que en consecuencia se normalice la incontinencia urinaria y la frase ‘me meo lo normal para mi edad’», explica Mónica Rodríguez. Asegura que aún hoy en día siguen enseñándose este tipo de ejercicios perjudiciales para la salud.

Llama la atención la poca presencia de perspectiva feminista dentro de la enseñanza regular, ya que solamente se integra en asignaturas teóricas (sociología, historia…), y la única de corte práctico está orientada a la salud. Por otra parte, para ser entrenadora se cursa un programa de iniciación básico donde no hay perspectiva de género, así que las deportistas nunca alcanzarán ese acercamiento teórico y práctico tan necesario. Cristina López destaca que el cambio pasará por considerar todo lo que rodea el deporte, “desde la formación, el tipo de ejercicios que promueves, la comunicación con las atletas y hasta la música que pones en tus clases”, indica.

Menopausia y deporte

¿Y qué ocurre cuando una mujer llega a la menopausia compaginando la práctica deportiva? “Más allá de la cuestión médica que prescribe deporte, no hay una visión transversal y empoderadora de las personas adultas”, critica Ainhoa Arzumendi, psicóloga y consultora deportiva. Si resulta complicado encontrar iniciativas y estudios de la mujer en el deporte de élite, la experta señala que la tarea se vuelve imposible cuando se entra en edad adulta.

“Hay muchos mitos y medias verdades en todo lo que implica menstruación y menopausia”, detalla Cristina López. “Parece que tras la regla viene una enfermedad, cuando se trata de una fase más que debería introducirse de una manera positiva”, y argumenta que “aunque solo sea por criterio profesional”, hay que analizar a la persona usuaria que practica deporte y detectar la manera de aportarle beneficios.

La tecnificación en el deporte está alcanzando un punto que ensalza el alto rendimiento: se invierten millones en cámaras hipóxicas que simulan entrenos en altura, pero poco en bloc de notas y bolígrafo o tablas de Excel para entender hasta qué punto se pueden ver beneficiadas las deportistas si se encajasen los planes de entrenamientos en función de su ciclo ovárico, sin ponerlas en desventaja de partida. Para erradicar este desconocimiento, Mónica Rodríguez defiende que los centros de alto rendimiento realicen trabajos de investigación y estadísticas, ya que cuentan con mujeres de distintas disciplinas como amplia población de estudio. La fisioterapeuta Ángela Iglesias complementa esta propuesta anotando a clubs y administraciones como promotores de campañas y medios para poner a las mujeres en auténtica igualdad. ¿Quién escribirá esas reglas de la igualdad en el deporte?

Fuente original: https://www.pikaramagazine.com/2021/07/deporte-y-menstruacion-donde-estan-las-reglas/?fbclid=IwAR2HyPDABJqB-QSCpQugp-zJ8RJ5-fVSsjAM-H_15rxoZk50RO0a09g9DVw

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La Plataforma Regional Género y Metodologías es un espacio de comunicación e intercambio cuyo propósito es contribuir a fortalecer los procesos de cambio hacia relaciones de género justas y sostenibles en la región centroamericana. La Plataforma es administrada por el Centro de Estudios y Publicaciones Alforja-Costa Rica.

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