Las consecuencias de la pandemia de COVID-19 serán muy diferentes
La pandemia de coronavirus no tiene precedentes. En pocos meses ha llegado a casi todos los continentes, infectado a millones de personas y se ha cobrado cientos de miles de vidas.
El confinamiento de la mitad del mundo ha generado caos en los mercados y las sociedades.
Incluso cuando la enfermedad pase, sus repercusiones seguirán afectando a la población mundial durante años, aunque el precio a pagar será muy diferente.
Esto se debe a que, si bien el coronavirus no ha respetado las fronteras nacionales, seguirá afectando en mayor medida a los más vulnerables.
Según las nuevas estimaciones del PUD, a nivel mundial, el desarrollo humano – entendido como la medida combinada de los niveles de vida, educación y salud del mundo− va camino a descender este año por primera vez desde que se concibió el concepto en 1990. Según lo previsto, esa disminución se dará en la mayoría de los países, y en todas las regiones.
- Se calcula que el ingreso per cápita mundial se reducirá en un 4%. El Banco Mundial ha advertido que el virus podría arrastrar a la pobreza extrema a entre 40 y 60 millones de personas este año, y que las regiones de África Subsahariana y Asia Meridional podrían ser las más afectadas.
- La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que la mitad de la población activa podría perder sus empleos en los próximos meses y que el virus podría costarle a la economía mundial unos US$ 10.000 billones.
- El Programa Mundial de Alimentos ha señalado que 265 millones de personas padecerán una crisis alimentaria si no se toman medidas directas.
Deficiencias al descubierto
Las pandemias sacan a la luz las deficiencias de cada sociedad. La desigualdad continua y creciente ya estaba presente en casi todos los países, incluso antes del brote de COVID-19.
Apenas estamos percibiendo las primeras consecuencias económicas y sociales del virus. Las bases de datos del PNUD revelan enormes diferencias en la capacidad de preparación y respuesta de los países.
Los países en desarrollo y los que están en situación de crisis sufrirán el mayor deterioro, junto con los grupos que ya de por sí son vulnerables en todo el mundo: las personas que dependen de la economía informal, las mujeres, las personas con discapacidad, los refugiados y desplazados, y los que padecen estigmatización.
- Según la OIT, solo en la India, más de 400 millones de personas corren el riesgo de caer en la pobreza, ya que se ven obligadas a depender del trabajo informal.
“Esta pandemia es una crisis sanitaria, pero es más que eso. En muchas regiones del mundo, la pandemia dejará cicatrices muy profundas. Sin el apoyo de la comunidad internacional, existe el riesgo de que se reviertan enormemente los logros alcanzados en las últimas dos décadas, y que se pierda toda una generación, ya sea en vidas o en derechos, oportunidades y dignidad”.
– Achim Steiner, Administrador del PNUD.
¿En retroceso?
El coronavirus está exponiendo crudamente las brechas que existen entre quienes tienen y quienes no tienen, tanto dentro de los países como entre ellos.
El virus ha encontrado un terreno favorable para avanzar en un momento en el que más de la mitad de la población mundial carece de servicios sanitarios esenciales y tiene poca o ninguna protección social. Cerca de 100 millones de personas se están viendo empujadas a la pobreza extrema por no poder costear una atención médica.
Según los datos del PNUD, los países desarrollados tienen 55 camas hospitalarias, más de 30 médicos y 81 enfermeros por cada 10.000 habitantes.
En los países menos adelantados, en cambio, hay siete camas, 2,5 médicos y seis enfermeros para el mismo número de habitantes.
Incluso algunos elementos básicos, como el jabón y el agua limpia, son un lujo para muchísimas personas.
Además, los confinamientos han hecho más evidente la brecha digital. Miles de millones de personas (el 86% de la población mundial) no tienen una conexión fiable a Internet de banda ancha, lo que limita su capacidad para trabajar, continuar con su educación o sociabilizar con sus seres queridos.
Debido al cierre de las escuelas y las desigualdades en el aprendizaje a distancia, las estimaciones del PNUD indican que el 86% de los niños en edad de asistir a la escuela primaria de los países con un bajo nivel de desarrollo humano no reciben educación, comparado con el 20% en los países con un alto nivel de desarrollo humano.
Con las escuelas cerradas, el PNUD estima que podrían volver a registrarse tasas de no escolarización no vistas desde los años 80 ─el mayor retroceso jamás registrado─ lo que nos llevaría a una situación anterior a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), e incluso anterior a los Objetivos de Desarrollo del Milenio, y pondría en riesgo el arduo trabajo y los avances realizados en los últimos 30 años.
Los interrogantes de África
El coronavirus ha tenido una llegada relativamente lenta a África, donde podría tener consecuencias devastadoras.
Casi el 56% de la población africana vive en condiciones insalubres y de hacinamiento; solo el 34% de los hogares cuentan con agua corriente y el 71% de la población activa depende del trabajo informal.
Las comunidades rurales de Kenya, Tanzanía y Cabo Verde ya se han visto muy afectadas por el colapso del turismo.
“Hay muchos interrogantes en cuanto a África, por ejemplo, cómo interactuará la COVID-19 con nuestra población joven y nuestro clima cálido. Los gobiernos están haciendo su mejor esfuerzo, pero sus realidades estructurales hacen que la respuesta sea muy difícil”.
– Mohammed Yahya, Representante Residente de PNUD Nigeria.
El escenario más pesimista indica que podrían perderse unos 20 millones de empleos y hasta 3,3 millones de vidas. Además, las Naciones Unidas calculan que se podría duplicar el número de personas que sufren de inseguridad alimentaria aguda.
Mujeres en la primera línea
Las mujeres están particularmente expuestas durante las crisis de salud. Además de conformar la mayor parte del personal sanitario de primera línea, si trabajan desde casa, es probable que deban asumir una carga aún mayor de trabajo doméstico y de cuidado de los hijos, y, en muchos casos, corren un mayor riesgo con sus parejas. Hay cada vez más datos que indican que la violencia doméstica está aumentando en todo el mundo a raíz de los confinamientos.
“Insto a todos los gobiernos a que den prioridad a la seguridad de las mujeres en su respuesta a la pandemia”.
– António Guterres, Secretario General de la ONU.
PNUD México está trabajando con el gobierno para ayudar a sensibilizar a los ciudadanos sobre los distintos efectos que el coronavirus tiene en cada género, y para elaborar políticas que apoyen y protejan a las mujeres y niñas.
Una respuesta rápida para los más necesitados
Su enfoque en la desigualdad y la pobreza hace que el PNUD esté en una posición única para ayudar a los países a prepararse, responder y recuperarse plenamente frente a la pandemia.
Estamos realizando evaluaciones rápidas de los efectos sociales y económicos negativos de la COVID-19 para que los gobiernos puedan aplicar medidas de recuperación urgentes y sistemas de protección social a más largo plazo, en especial para los desfavorecidos y marginados.
Hemos establecido un Fondo de Respuesta Rápida de US$30 millones para que los fondos estén disponibles en 72 horas y ya ha beneficiado a 83 países.
El Fondo está brindando apoyo tecnológico en 20 países, como Bhután, Côte d'Ivoire y Yemen, para que los gobiernos puedan trabajar de manera remota.
El próximo año se pondrá en marcha un plan de recuperación socioeconómica que abarcará a 162 países.
Las iniciativas de financiación islámica del PNUD pueden ayudar en todas las etapas de la pandemia, primero con pagos inmediatos en efectivo para evitar que familias vuelvan a caer en la pobreza.
Nuestra red de Laboratorios de Aceleración está trabajando a toda velocidad en 78 países para hallar soluciones a los problemas que surgen cada día, por ejemplo en Libia, donde sigue el conflicto.
Reiniciar el camino
“Lo que es verdadero de todos los males de este mundo lo es también de la peste. Ayuda a los hombres a superarse a sí mismos”. – Albert Camus
La historia demuestra que las pestes pueden ofrecer grandes oportunidades para cambiar el statu quo.
El coronavirus ha puesto de relieve cuán frágil y destructivo es nuestro estilo de vida, no solo para el planeta, sino también para nosotros mismos.
Es fundamental que la respuesta sea sistémica y tenga en cuenta los aspectos sanitarios, económicos y sociales.
Si bien aún no podemos determinar completamente cómo repercutirá esta crisis en los ODS, el PNUD está encabezando la respuesta socioeconómica y hará todo lo posible por construir sobre lo que ya se ha logrado y por garantizar que aprovechemos esta oportunidad sin precedentes para crear un futuro sostenible para todos.
Imagen 1: Talukdar David/Shutterstock.com
Imagen 2: PNUD Turquía/Levent Kulu
Imagen 3: PNUD Côte d’Ivoire/Gedeon Poodz
Autor: PNUD
Fuente original: https://feature.undp.org/coronavirus-vs-inequality/es/?fbclid=IwAR3LaP1iJcrfLv9ie0-mqqZC3NcCf7zaGJqQ474Pi2VStUDfUdTeZMJEyik