Autor: Rudy Martínez
La árbitra de Baja Verapaz fue promovida a la Primera División masculina e integrará la cuarteta del juego de selecciones entre Guatemala y Honduras
La primera experiencia nada agradable en el fútbol masculino para Astrid Gramajo se produjo en un partido de categorías especiales (sub-20) de Liga Nacional. En ese juego estaba un futbolista profesional que había ‘bajado’ del equipo mayor.
En una acción la árbitra lo amonestó y el jugador no lo aceptó. “Se expresó de tal forma ‘está vieja no me va a venir a mandar a mí (…)’, me faltó al respeto, entonces, lo tuve que expulsar. Se fue gritando y diciendo de todo. Él estaba en desacuerdo, decía que una mujer no podía mandarlo, porque él era de Liga Nacional, ‘ni en Liga Nacional me han expulsado, que no sé qué’, se fue diciendo”.
Astrid Gramajo, tiene 30 años, nació en Salamá, Baja Verapaz. Porta el gafete FIFA desde el 2017 y su última participación internacional fue en el Campeonato Femenino Sub-20 de la Concacaf 2020, en República Dominicana. Pitó una semifinal.
Hace unos días hizo historia en Guatemala al convertirse en la primera mujer que dirige en la Primera División (ascenso) del balompié guatemalteco. Lo que la acerca al sueño de pitar en la Liga Nacional. Este domingo fungirá como cuarta árbitra en el partido de fogueo entre las selecciones de Guatemala y Honduras.
Insultos
Gramajo ha dirigido en la Liga Femenina y en las categorías sub-15 y sub-17 masculinas de la Liga Nacional, además tuvo nombramientos en la Tercera y Segunda División varonil. Presentaciones en canchas difíciles, en las que los insultos y el menosprecio no faltaron.
“A veces te gritan: ‘esa vieja que se vaya a lavar trastos, mejor vaya a tortear, vaya a ver qué hace en su casa’. Cositas así. Esos son los más comunes”.
Pero, lejos de sentirse mal o querer alejarse, Gramajo no deja de trabajar para seguir impulsando su carrera. “Siento que es parte de la cultura, una mala cultura que tiene nuestro pueblo, pero es lo que tenemos y es ahí donde nos hacemos. Debemos aprender a sacar la personalidad y el carácter para seguir adelante”, dice Gramajo, muy segura, convencida que nada la detendrá en la búsqueda de alcanzar sus metas.
Reconoce que no todo es en contra. En el panel arbitral y en su familia ha encontrado apoyo en todo momento para lograr sus objetivos. “Todos han sido muy profesionales. Desde que yo empecé a trabajar todos mis compañeros han sido profesionales y siempre han estado para tenderme una mano”.
Eso sí, Gramajo debe estar al mismo nivel que sus colegas para optar a los nombramientos. “Se me ha inculcado que trabaje muy fuerte. Nosotros como mujeres, si queremos superarnos físicamente, tenemos que trabajar al doble que un varón, pero siempre me apoyan. Nunca he tenido una mala experiencia”.
Fue futbolista
Astrid Gramajo estuvo cerca del fútbol desde siempre. Recuerda que jugaba para ‘Las Mismas’, un equipo familiar en la Liga Municipal Femenina de Salamá. Fue ahí donde Ramón Turcios, coordinador de la región arbitral 9, la observó y le vio cualidades para el referato.
“Lo más difícil fue dejar el fútbol como jugadora para ser árbitra. A un principio mi papá y mi hermano mayor no estaban de acuerdo pero, luego me apoyaron en todo. Respetaron mi decisión”, afirma la árbitra y madre de Nadia Mayerly, de 7 años.
“Lo más importante es creer en uno mismo, creer que uno es capaz de hacer las cosas. Segundo, no hay excusa que valga, si uno quiere hacer las cosas, hay que demostrar que lo quiere hacer. Y lo último, la preparación constante y la disciplina”.
Fuente original:https://espndeportes.espn.com/futbol/guatemala/nota/_/id/7735288/astrid-gramajo-tarjeta-roja-machismo-futbol-varonil
