Silvio Sirias Duarte
Comunicador Social con énfasis en radio.
Máster en Comunicación y Periodismo.
La palabra música proviene del griego mousiké que significa “sonido de la poesía”. Esta es capaz de provocar indignación, llanto, gozo, melancolía y muchas otras emociones que inundan y estremecen nuestro ser. La música transmite mensajes, melodías, armonías, ritmos, efectos y silencios que atrapan a las audiencias. Utiliza los componentes del lenguaje de la radio, a fin de crear experiencias estéticas.
Son muchas las canciones que nos han deleitado a través de la historia y que han llegado a nuestros oídos a través de la radio, la televisión y ahora internet, herramienta que ha facilitado su acceso y transmisión. Existen géneros musicales para todos los gustos y edades: salsa, rap, country, tango pop, rock, danzón, metal, merengue, bossa nova, flamenco, jazz, blues, reggae, punk, reguetón, bolero, góspel, etc.
Alexa es receptora activa de los mensajes que la música le ha transmitido. Los ha utilizado para reconstruir significados sobre la superioridad sexista y las relaciones de poder entre hombres y mujeres. Este artículo analiza el discurso e influencia de la música en la facilitación de espacios de reflexión que han ayudado a muchas mujeres a desarrollar la cualidad de reinventarse y ocupar un rol preponderante en la dinámica social.
La musicología feminista
Alexa únicamente escucha temas musicales interpretados por mujeres y hace un balance entre la música comercial e independiente. Rebeca Lane, Natalia Lafourcade, Julieta Venegas, Vivir Quintana, Chocolate Remix, Young Miko y Karol G, son algunas de sus favoritas por considerar que, a través de sus canciones, abrazan su historia. “Mi tía me motivó a escuchar música feminista, la cual realmente me caló, la música que escuchaba antes no conectaba con lo que yo estaba viviendo”, asegura.
La musicología feminista sitúa a la mujer como centro del proceso de creación, a través de propuestas temáticas que se traducen en reconocimiento y empatía. Sensibiliza a las mujeres acerca de sus derechos y crea en ellas identidad cultural, social e histórica. La socióloga, feminista e investigadora salvadoreña Karoline Alvarado, valora el potencial subversivo y la contribución a la construcción de las identidades colectivas de las artistas que componen abiertamente para las mujeres y sus realidades concretas, situaciones históricamente al margen de los espacios de poder e incidencia política. (La Brújula, 2020)
Iliana Aguilar es una laureada artista hondureña. En 2023 se alzó con el primer lugar del Festival “Cuerpos Libres”, en Guatemala y un año antes se hizo merecedora del galardón “Sol de Oro”, en México. En el mundo artístico es conocida como “Aura”. Inició creando rap para liberar sus emociones y nombrar las experiencias que atravesaba. Con su voz, reivindica la defensa de los territorios, la colectividad, la lucha contra el extractivismo, la relevancia de los derechos humanos, los derechos de las mujeres y la comunidad LGBTQ +. “Hay una canción que saqué el año pasado, se llama Epicentro centroamericano y habla del derecho a decidir, autonomía, libertad, violencia, embarazo no deseado y niñas madres. La música nos hace navegar en el mensaje y en las melodías, y eso es importante para la acción”, asegura.
Las música identidad y pertenencia
Alexa ha sido estereotipada como una mujer rebelde y violenta por no asumir el esquema de mujer que impone el patriarcado. Comparte que le gusta mucho la música de Rebeca Lane, ya que sus canciones, en especial Siempre viva, le ha ayudado a empoderarse y ampliar sus herramientas para combatir la violencia.
La música es fuente de identidad. A lo largo de la historia ha moldeado la percepción que tiene la gente sobre el mundo y sus actitudes hacia él. Lo que la música nombra, existe. Nos lleva a darnos cuenta de las cosas que pasan, nos hace despertar, criticar, dudar y accionar. Para “Aura” la población requiere conocer más sobre lo que les sucede a las mujeres, para que empaticen con ellas. “La gente necesita tener apertura para escuchar las vivencias de otras personas. Conocer sobre nuestros derechos, sobre las violencias que nos atraviesan, descubrir las máscaras que hay en la música comercial, que nos hace distraernos”, sostiene.
El proceso creativo para que nazca una pieza musical propositiva es también una forma de sanar. La creación conlleva planificación, improvisación y muchas horas de ensayo para lograr conjugar melodías, voces, mensajes e intenciones. El objetivo es que la canción sea del agrado de las audiencias, que logren identificarse, se sientan acompañadas y que sea reivindicativa de los derechos de las mujeres frente a la estructura patriarcal hegemónica.
“Es necesario que se diga explícitamente que se están matando y violando mujeres y que hay un esquema patriarcal”, propone Alexa. “Hay una canción del grupo español ‘Mafalda ‘que se llama Las que faltaron que habla de cómo las mujeres han jugado un rol preponderante en todos los momentos históricos. Otro mensaje impactante lo encontramos en Mujer lunar, de Rebeca Lane: ‘yo no necesito mi media naranja, yo soy fruta completa ‘, es decir, no debemos entregarnos en cuerpo y alma para que alguien nos complete”, comparte.
El arte conecta con nuestra humanidad y nuestros sentimientos más profundos. La musicología feminista promueve la identificación, nombra a las mujeres, guía hacia la sororidad y representa un aporte vital para la erradicación de las formas de violencia que oprimen el desarrollo pleno de las mujeres en las distintas esferas de la vida.
Referencias
La Brújula, (2020) Música y feminismos: la apuesta del ritmo para construir identidades, https://revistalabrujula.com/2020/08/03/musica-y-feminismos-la-apuesta-del-ritmo-para-construir-identidades/)