Identidad, Sexo y Género

Por Sylvia Ruth Torres
Feminista y antropóloga

Según algunos sociólogos y sicólogos, la identidad individual se forma a temprana edad a través de un proceso de oposiciones. Por ejemplo, cuando la niña, o el niño, se miran en un espejo empiezan a tomar conciencia de que ella o el constituyen una entidad individual, y no una continuidad del mundo o de las madres. Así la identidad se forma en un proceso de contrastes, desarrollando con la  lógica de: yo soy lo que no son los otros, yo soy diferente.

Por ejemplo, si alguien se para frente a una silla y se pregunta ¿quién soy yo? Se respondería la pregunta empezando a definirse en contraste con la silla, es decir a definirse a partir de lo que ella no es. Yo, diría, no soy esa silla, la silla tiene patas yo tengo piernas, la silla tiene puesta una cartera, y yo también pero no soy la silla... y así, a través de los contrastes, concluye: soy diferente de esa silla, yo soy de esta y esta manera y puedo darle, si quiero, un puntapié a esta silla para que no me confundan con ella.

Esta es una dimensión de la identidad, la identidad individual, subjetiva. Hay otras dimensiones. En el razonamiento de esta colega, si no soy silla, soy yo persona, me asumo de esta manera, y desde ese posicionamiento salgo al mundo donde hay otras dimensiones de la identidad.

Hay identidades auto asignadas y también identidades adscritas que son aquellas nos asignan el grupo, la sociedad. La identidad grupal, la identidad nacional, y muchas otras que a veces se ven como subcategorías, como la identidad sexual o profesional etc., etc. Son muchas las identidades, como estas se conjugan.

Considerando las distintas dimensiones de la identidad, y que se trata de procesos. Se puedo concluir que la identidad no es un tesoro escondido esperando inmóvil que se le rescate. Las identidad son multifacéticas y cambiantes. Nunca están  quietas y no van a estar. La identidad es cultural e histórica, es decir, tiene principio, y ese principio se lo asignaron personas, por lo tanto son personas las que pueden cambiarla.

Una definición

La identidad es una serie de atributos, características definitorias del ser, o Ego, que a la vez marca sus diferencias frente al otro, que es el Alter. Esta diferenciación es la que permite establecer clasificaciones, agrupaciones y límites. Este proceso transcurre, si se quiere imperceptible a través de las múltiples actividades de la vida cotidiana, pero no en el vacío, si no en una relación espacio temporal construida a través de la historia.

Marcela Lagarde define la identidad es el conjunto de características y cualidades que tiene cada persona y que por un lado la hacen diferente de las demás. Por otro lado, es el conjunto de características y cualidades que las personas comparten con otras.  En este sentido la identidad es la característica de los y las humanas, es la característica o la cualidad histórica que marca a  los sujetos particulares, lo que les diferencia de la silla.

También se ha planteado que el enunciamiento de la identidad, permite a las personas obtener y presentar al mundo un sentido de unidad personal, de ubicación social es también un posicionamiento político que expresa un compromiso. Por ejemplo decir yo soy feminista, Pero no nos adelantemos.

En procesos de cambio, asumir una identidad implica autonombrarse y establecer clasificaciones y diferencias. La identidades sociales e individuales son procesos llenos de contradicciones, son temporales, y espaciales, La identidad no es algo fijo como un Totem, en el que la figura del animal que está en la parte superior define el significado del Totem.

Las identidades se constituyen en el encuentro de diversas dimensiones y categorías, se construyen en relación y en el intercambio, establecen límites pero esos son difusos, se definen a partir de definiciones externas en internas y se les pude asumir y rechazar.

La identidad no es un objeto, algo que ya está fijo y determinado, no hay tampoco identidades auténticas, la identidad es algo que se construye, se negocia, y, muy importante se desarrolla en el contexto de relaciones de poder.

La identidad de género

Como los procesos de autodefinición personal empiezan a ocurrir a temprana edad pareciera que estos procesos son biológicos, que son naturales, entre comillas, en contraposición con procesos sociales. Una de las más importantes críticas a esta concepción vino de Simone de Beauvoir, quien en su obra El Segundo Sexo, hizo celebre una frase que dice La Mujer no nace, se hace mujer. Esta construcción o hechura, por decirlo así, de las mujeres ocurre en el proceso ese que le hablaba de la constitución del Yo y la constitución del Otro.

Quien se ubica en la definición del Otro, o hace porque primero se ha constituido en Sujeto. Para ubicarse en el mundo el sujeto califica todo lo que no es similar a sí mismo, como como inferior. Todas las personas tienen una identidad porque esta es la cualidad que define a los seres humanos entonces ¿porque que históricamente se ubica a las mujeres como inferiores y subordinadas, y a los hombres no?

Esto sucede porque se asignan valores culturales a las características fisiológicas que las mujeres poseen. Como tienen la capacidad de reproducir la especie,  se les acerca a la naturaleza. Como no se sabe cuándo empezó en el tiempo la subordinación de las mujeres, se atribuye a la subordinación, una condición natural. De acuerdo con esta perspectiva, la naturaleza estaba antes de la sociedad, se deja a las mujeres simbólica y materialmente, fuera de la sociedad, fuera del pacto social.

El Pacto Social, es una metáfora imaginada por Jean - Jacques Rousseau, uno de los filósofos de la Iluminación. El creó esta metáfora para explicarse las normas sociales de convivencia en el advenimiento del capitalismo. Carol Pateman, una filosofa feminista, explico que la subordinación de las mujeres, la visión patriarcal de ese pacto social, busca justificar con la naturalización de las relaciones familiares patriarcales, la exclusión y subordinación de las mujeres de la vida social y la producción.

En ambos casos lo que permite al patriarcado imponer esta perspectiva como dominante es que cuenta con los recursos materiales y las instituciones para hacerlo.

En los años 70 del siglo pasado, una teórica estadounidense llamada Kate Millet explico esto de una manera que ahora es clásica: la teoría Sexo género. El Sexo lo constituyen las características corporales que caracterizan la especie, estas son genotipicas, y el género son las características ligadas a la identidad, por ejemplo formas de temperamento, el caracter, las formas emocionales de las personas.

El sexo es casi diformico, pero no siempre,  pues ha habido en toda la historia y especies hermafroditas, es decir animales, entre estos las personas,  que portan doble atributos sexuales. Los géneros tampoco son únicamente dos, Martgaret Mead, habla de que entre los Trobiandes, de Nueva Guinea. No hay definiciones de lo que es masculino y femenino sino lo que esta arriba y abajo, lo que es caliente y frio. El género son formas de organizar el mundo.

Eso consiste en que a la diferencia de atributos fisiológicos diferentes de los hombres y las mujeres se le asocian valores culturales y simbólicos o roles genéricos, y actitudes alrededor del cuerpo, este juzgamiento materializa el control sobre los cuerpos y las oportunidades de las mujeres.

Lo que dice Simone de Beauvoir es que no tenemos determinados comportamientos por las características físicas con las que nacemos, sino porque a esas características el poder dominante les ha asignado determinadas roles.  Lo que esta gran mujer dijo fue que para librarse del papel de objeto impuesto sobre las mujeres por la ideología patriarcal las mujeres tenían que trascender las fronteras individuales y reconocerse como sujetas sociales. Sus ideas empujaron la segunda ola de feminismo que empezó en los Estados Unidos y que todavía sigue dando tumbos por el mundo.

Cultura e identidad

Conceptos de cultura e identidad a menudo se usan de manera intercambiable, y también se afirma que la cultura es lo que define a las personas. La cultura se concibe como un pacto de significados, el patriarcado y el feminismo son culturas genéricas.

En la cultura patriarcal, la ética del sujeto, es el yo/mundo Esto permite que los hombres se confundan con el mundo que se tomen como la medida de todo lo que es bueno, de lo que es. En cambio las mujeres no son sujetas en sí mismas, la identidad de las mujeres es tal, en tanto son extensiones de algo, el marido, los hijos, el partido, la fundación, la iglesia etc. El yo de las mujeres es un Yo-los otros. Pero, las mujeres, como dice Celia Amorós somos ilimitadas.

Los estereotipos de género son reforzados por instituciones las escuelas, las iglesias y el Estado. Bajo diferentes estrategias, todas buscan controlar los cuerpo de las mujeres,  estableciendo que este está destinado para el cuido, la fecundación  y la procreación, y no para el goce de la sexualidad.

Sobre estas ideas sesgadas se ha construido la Nación, y asi funciona el Estado.

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La Plataforma Regional Género y Metodologías es un espacio de comunicación e intercambio cuyo propósito es contribuir a fortalecer los procesos de cambio hacia relaciones de género justas y sostenibles en la región centroamericana. La Plataforma es administrada por el Centro de Estudios y Publicaciones Alforja-Costa Rica.

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