El Amor y la afectividad.

Marvin Mayorga Norori

Psicólogo forense, Universidad Centroamericana (UCA)

Managua, Nicaragua

14  de enero de 2020

En el presente ensayo abordaremos diferentes miradas sobre la construcción de género y sexualidad (el patriarcado sólo asume un tipo de sexualidad para hombres y mujeres), y explicaremos ¿por qué es importante profundizar en las sexualidades?, así en plural.  Explicaremos la diversidad de aspectos sociales y culturales que están relacionados con la vida sexual humana.  Lo anterior importante para orientar el debate y los argumentos-sobre el amor y la afectividad, y cómo es que se cimienta el AMOR ROMÁNTICO en los constructos sociales, que determinan las conductas, la violencia y el dolor de las experiencias “amorosas” en la vida de millones de personas en el mundo entero.

Como parte del análisis estructural, observamos que el sujeto simbólico del amor en diversas culturas y épocas ha sido el hombre y los amantes han sido los hombres.  La mujer, cautiva del amor, ha simbolizado a las mujeres cautivas y cautivadas por el amor.  Se trata del amor patriarcal y de los amores patriarcales.  En efecto, los cautiverios de las mujeres se han estructurado en torno al amor que envuelve la sexualidad  erótica y procreadora.  La maternidad, la filialidad, la conyugalidad, la familiaridad y la amistad, implican al amor considerado inmanente de las mujeres.  Sexo, sexualidad y amor son una tríada natural asignada a las mujeres.  Son la esencia del mito sobre la naturaleza femenina. (Lagarde, 2008)

Sexualidad y amor son un binomio que contiene el proceso civilizatorio del hommo sapiens que, sobre la base del sexo construyó una sexualidad fundante del pacto social, de la cultura y la civilización, a través de pactos, tabúes y otras normas. Mitos (el amor todo lo puede), religiones (Dios es amor), leyes (las niñas pueden casarse por amor y así ser independientes), ideologías (el embarazo es un regalo divino, y aborto es matar), arte (películas como 50 sombras de Grey) y ciencia (¿cambios químicos en el cerebro cuando nos enamoramos?), han sido destinados a cincelar la sexualidad y el amor.  No cualquier amor, sino el imaginado como natural entre un hombre y una mujer o entre los hombres y las mujeres, aunque desde antiguo se haya dado a veces más el amor entre hombres y, aunque en menor medida, el eros entre hombres, que de los hombres a las mujeres.  

Los hombres son el sujeto del amor y del eros, de ahí su centralidad y jerarquía erótico-amorosa que es cimiento de su paternidad y de la posición suprema familiar, de su clan, de linaje y comunitarias; de ahí emanan gratificaciones y cuidados afectivos, sexuales y eróticos, es así que obtiene trabajo personal gratuito de las mujeres que le rodean, y es la materia de poderes personales y autoestima, de estatus, prestigio y ascenso jerárquico.  Todo ello constituye un sólido soporte personal para cada hombre y para su vida cotidiana.  La supremacía genérica de los hombres y su poder de dominio subyacen a cualquier experiencia.  Son estructurales, son los cimientos del poder personal, familiar, colectivo, político.

El amor de las mujeres a los hombres “como deber ser”, es decir, como lo construye el patriarcado, implica su apoyo incondicional de las mujeres (madres, hermanas, amigas, compañeras de trabajo, esposas, amantes, empleadas, e incluso las jefas) e incrementa posibilidades de dominio personal y directo, así como genérico, de los hombres sobre las mujeres.  Los hombres son la construcción ideal, el sujeto del amor y de la sexualidad, de ahí su centralidad y jerarquía.  Las mujeres son el objeto del amor de los hombres.  Hoy podemos afirmar, que cada vez más otras mujeres transgéneras y transexuales, también son el objeto de amor de hombres hetero, bi, trans, que se van construyendo en las relaciones de poder del patriarcado con los arquetipos del amor y el romance, del amor romántico.

Marcela Lagarde (Lagarde, 2008), nos refiere que los hombres son amados casi siempre, las mujeres desean ser amadas y aman.   Por ende, con la posibilidad de rupturas, separaciones, divorcios y otras formas de finiquitar relaciones, para más y más mujeres aumenta como la espuma, un mal de amor: el desamor.  La opresión de las mujeres encuentra en el amor uno de sus cimientos.  La entrega, la servidumbre, el sacrificio y la obediencia, así como la amorosa sumisión a otros, conforman  la desigualdad por amor y son formas extremas de opresión amorosa. Sin embargo, es posible observarlas como procesos y gradaciones no estables.

Como ya observamos el género, la sexualidad y el amor romántico, se han cimentado en el binomio genérico del patriarcado, de forma estructural, en la sociedad, por medio del aprendizaje en las familias, la escuela, la calle, se socializa en los medios de comunicación, las leyes, la política, la ciencia, el arte, en fin, en todas las formas de socialización humana.  Entonces la construcción de la sexualidad hetero-normativa es parte esencial del patriarcado, la sexualidad es sólo de “una forma, la normal, la sexualidad donde el hombre domina, y la mujer es dominada, es sumisa y entregada”; el hombre propone y la mujer dispone, decimos en Nicaragua.

Privilegios masculinos

Uno de los efectos de la socialización de género es la “naturalización” de la diferencia y de la inequidad. Esto se refleja en aspectos como la división sexual del trabajo (él en el papel de proveedor, ella  ocupada en lo doméstico) y en la salud sexual y reproductiva.  Esta división sexual del trabajo de la mano con la HETERONORMATIVIDAD SEXUAL, se impone a las personas como neutra, como derivada de la naturaleza (Bordieux, 2010).  De ese modo, aparece como algo natural, que ha sido así “desde siempre”. Pero en realidad es algo histórico. Si bien hay una creciente participación de los hombres en lo doméstico, ha sido mucho mayor la incorporación de muchas mujeres en el campo de lo laboral sin que ellas hayan dejado lo doméstico.

La división sexual del trabajo da lugar a expectativas específicas de los hombres en cuanto a la sexualidad de las mujeres.  En Nicaragua se ha encontrado 6 temas recurrentes sobre lo que los hombres esperan y buscan en sus relaciones de pareja (Montoya, 1999):

  • Que la mujer lo atienda (servidumbre femenina)
  • Que la mujer lo entienda (resignación y tolerancia femenina)
  • Ser él quien dirige la relación sexual(pasividad femenina)
  • Que la mujer dependa de él (pasividad femenina)
  • Que la mujer le sea fiel (control de la sexualidad femenina)
  • Que la mujer le tenga hijos (fecundar como prueba de masculinidad)

Es posible que en el fondo de estas expectativas se encuentren legítimas necesidades humanas, que han tomado formas machistas de expresión dado el medio social en que los hombres crecen.  Sin embargo, todas son parte integral del aprendizaje de la sexualidad normativa, es decir no caben las sexualidades, ni las diversidades.  El patriarcado no reconoce las sexualidades, y establece que las formas legítimas de amar son las derivadas del binomio hombre-mujer, que es sólo femenina y masculino, y heterosexual.

Sin embargo, hoy tenemos la realidad de la diversidad genérica y las sexualidades, el patriarcado se ha visto cuestionado por las consecuencias de la sexualidad normativa, es decir la violencia de género, que es un fenómeno que por su realidad, cuestiona las relaciones de poder sexistas, machistas, adultistas.  El tema del abuso sexual de las niñas es claro, NADIE ESTÁ DE ACUERDO EN QUE LAS NIÑAS DEBEN SOPORTAR EL ABUSO SEXUAL.  Por tanto, el patriarcado cierra filas y encubre a los agresores, cambia leyes (caso ley 779 y sus reformas), busca que los medios de comunicación mantengan las notas rojas y amarillas porque así resta credibilidad a las víctimas y sobrevivientes.  El patriarcado, el machismo cada vez más es cuestionado abiertamente, como es el caso de los plantones con canciones “Eres un violador”, que ha llegado a las principales ciudades del mundo.

Por otra parte, el amor romántico nos juega varias pasadas, nos hace trampas y atrapa la atención de los medios cada febrero, y se convierte en un show mediático el cupido, San Valentín, las rosas, los chocolates.  Entonces debemos encontrar las razones, las preguntas, los argumentos que usa el patriarcado para mantener el Amor Romántico en el centro de la discusión, es como que usara un haz bajo la manga.

Según el psicólogo y escritor italiano Walter Riso, el Amor Romántico se fundamenta en lo que podríamos llamar una filosofía OMNI.  Lo OMNI se refiere a que la persona llega a su plena felicidad al encontrar a su otra mitad, y existe un sentimiento de final feliz, de amor eterno (e inolvidable... como la canción...) Esta forma de pensar y sentir el amor romántico se nutre de ideas poéticas.  ¿Por qué es OMNI?

    • Omnipresente, es decir ocupa todo el ser de las personas, ¡no hay nada que se le escape!, aquí entran en juego todos los aspectos individuales, familiares, laborales, económicos, políticos, culturales, deportivos, sociales, etc.
    • Omnipotente, es decir todo lo puede, lucha contra o por el “destino”, es más poderoso que cualquier sentimiento o pensamiento, está a nivel casi de magia.
    • Omnisapiente, es decir es fuente de sabiduría infinita, el amor romántico sabe cuándo debe llevar flores, o cuando “corregir o castigar” a las personas.

Por otra parte, en palabras de Riso “Un amor racional es aquel que se siente y también se piensa. Es una manera de relacionarse, donde el “ser para sí” y el “ser para el otro” se integra en un “nosotros” saludable. En el amor racional el sentimiento, por sí solo, no basta.” (Walter Riso, 2014). 

Para que analicemos toda esta realidad, veamos las características del “Amor Romántico”:

  • Deseo de unión con una pareja ideal
  • Idealización del ser amando
  • Exclusividad
  • Pensamiento sólido sobre el objeto de amor
  • Dependencia emocional, felices por siempre y hasta que la muerte nos separe                                                   

Entonces… ¿esas características son ciertas o son falsas?  Podrás determinar por tu cuenta, y sacar las conclusiones personales, sin embargo, antes de creer en el Amor Romántico, te dejo estos mitos, para que analices tu realidad.

Mitos del amor romántico

  • El amor todo lo puede. A pesar de la tentación que supone esta frase, la idea de que si hay “amor” en la relación de pareja, éste es garantía suficiente para superar cualquier problema, es absurda.  Por ejemplo la violencia en las relaciones de pareja es un delito, tipificado por la ley, no se puede argumentar que el amor “curará” la violencia.
  • La plena compenetración sexual es prueba irrefutable de amor. La plena compenetración sexual es prueba irrefutable de amor: Es cierto que una vida sexual sana y plena es importante en el desarrollo de una relación, pero ni el amor es garantía de esto, ni el buen sexo es garantía de amor.  Es absolutamente necesario conocer, tanto el propio cuerpo como el de la otra persona, y trabajar la sexualidad igual que se trabaja cualquier otro aspecto de la relación.
  • Cuando se está enamorado no es posible sentir atracción por otra persona:   Es muy común experimentar algún tipo de afinidad con otras personas sin que esto signifique que ya no se quiera a la pareja, quedando en manos de la propia persona establecer los límites de esta atracción.  
  • Los celos son una prueba de amor:  Los celos simplemente son una demostración del temor a perder aquello que se percibe como una posesión, es decir la otra persona.
  • La persona correcta llena todos los aspectos de la vida: En este mito caben frases como “debemos compartir todos nuestros gustos y aficiones”, “somos los responsables de la felicidad del otro”, “somos una sola persona”, etc.  Ninguna persona llena todas las expectativas de la otra persona, sin embargo, la cultura social hace que creamos que existe “esa persona ideal” que me comprende, me respeta y me aguanta todo, aguanta mis celos, mis rabietas, en fin, me ama sin condición.
  • El amor a primera vista:  Aquí observamos que esta idea permanece en un “ideal” y se relaciona con la creencia del flechazo.  La mayor parte de las personas saben que esta frase es falsa, sin embargo las ideas preconcebidas funcionan para creer que la “persona correcta” la encontrarás cuando “menos lo esperas”.. cupido se encargará de ello…

 

Bibliografía

Bordieux, P. (2010). Dominación Masculina. Barcelona, España: Ed. Anagrama,.

Lagarde, M. (2008). Amor y Sexualidad, una mirada feminista.

Montoya, O. (1999). Nadando contra corriente.

Walter Riso. (2014). Página oficial del psicólogo y escritor Walter Riso. Recuperado el 2019, de http://www.walter-riso.com/cuatro-premisas-para-un-amor-racional/

 

 

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La Plataforma Regional Género y Metodologías es un espacio de comunicación e intercambio cuyo propósito es contribuir a fortalecer los procesos de cambio hacia relaciones de género justas y sostenibles en la región centroamericana. La Plataforma es administrada por el Centro de Estudios y Publicaciones Alforja-Costa Rica.

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