Contexto general de la desigualdad entre mujeres y hombres
Demografía
Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos, (INEC, 2023), la población total de Costa Rica es de 5, 044 197 habitantes, de ese total el 50.2% son mujeres, y el 49,8 % son hombres. Esta proporción se ha mantenido en los últimos 20 años. Por otro lado, al comparar la población de 2000 con la de 2020, se ha observado un incremento de 29 %, en estos últimos 20 años.
Costa Rica tiene una brecha de género del 79.3%. Con ese porcentaje está en la posición 14 del ranking “global”. Las diferencias entre hombres y mujeres no son grandes si se compara con otros países de la región, sin embargo, las estadísticas muestran el aumento de la brecha de género respecto al año anterior. (Índice Global de Brecha de Género en Costa Rica, 20223).
Pobreza
A pesar del reconocimiento histórico que el país ha tenido en materia de consolidación de su democracia, el respeto a los derechos humanos, la fortalecida institucionalidad pública y el sólido Estado social de derecho, durante los últimos años esta condición ha cambiado. De acuerdo al estudio de la Revista Centroamericana de Administración Pública (2022), el país ha tenido un deterioro significativo en materia de cobertura en servicios de salud, educación, vivienda, trabajo y seguridad social, y a pesar de los diversos esfuerzos por revertirlo, esto no ha sido posible, induciendo al grueso de la población, a un estado de desilusión e incertidumbre que le conduce a la desconfianza en las propuestas de partidos y líderes políticos tradicionales.
Costa Rica es uno de los países latinoamericanos a la vanguardia en la implementación de mecanismos legales (normativa) y sociales (políticas públicas) para el avance de los derechos humanos de las mujeres de todas las edades y en su diversidad. No obstante la igualdad formal no ha logrado aún alcanzar la igualdad real o de facto, que logren cerrar las brechas de género que afecta especialmente a las mujeres que pertenecen a grupos en situación de vulnerabilidad y exclusión como: las rurales y periurbanas, las mujeres con discapacidad, adultas mayores, migrantes, refugiadas, indígenas, afrodescendientes, lesbianas, bisexuales, trans e intersexuales. (Sánchez Mora, R (2022).
Según ACNUR (2023), más de un millón de personas centroamericanas han sido desarraigadas de sus hogares dentro de sus propios países y en países vecinos, huyendo de la violencia (incluida la violencia de género), las amenazas, la prostitución y las extorsiones de las pandillas. Según la organización para los refugiados, en los últimos 5 años, “Costa Rica ha sido receptor de más de 150 mil personas migrantes”.
La mayoría de la población migrante en Costa Rica proviene de Nicaragua en busca de mejores oportunidades de trabajo. Sin embargo, las mujeres migrantes deben enfrentarse a condiciones que las ponen en situación de desventaja: menor oferta de trabajo, ingresos más bajos que los percibidos por los hombres y ocupación de puestos de trabajo en los que se vulneran sus derechos. Aunque algunas nicaragüenses laboran en el sector agrícola e informal, la mayoría de ellas lo hace como trabajadoras domésticas.
Salud
El sistema de salud de Costa Rica ha sido reconocido por diversos organismos internacionales por ser un ejemplo de la seguridad social en la región, debido a que, según Barr E y Marmot (2021) en un estudio de la FAO, el país ha puesto la salud pública en el centro, con una política pública basada en la atención primaria, con un desarrollo muy importante en lo local y comunitario, un enfoque de silos territoriales, y acciones claras sobre los determinantes sociales de la salud, en especial la educación.
Sin embargo, organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres reconocen que aún hay debilidades, especialmente en la atención a las necesidades de las mujeres. Se ha denunciado la violencia obstétrica como una forma de violencia de género que está instalada en los centros de salud de Costa Rica y que afecta la vida y la salud, tanto mental como física, así como la dignidad y el derecho a la justicia de las mujeres y sus infantes, lo cual –analizado bajo el enfoque de género– crea un trato desigual, concretamente, en la atención de la salud vinculada con la biología reproductiva de las mujeres.(Medrano, B. 2021).
El sistema de salud costarricense atiende y desatiende entre grandes contradicciones la salud de las mujeres migrantes. Por un lado, la discriminación y, por otro, un servicio de calidad, muestran las dos caras del sistema. ACNUR juega un papel clave para facilitar el acceso al seguro social, gracias a un convenio con el gobierno del país. Pero no siempre las mujeres reciben la atención que merecen. Un reportaje realizado por Cristopher Mendoza (2023) del medio Gato Encerrado, recoge testimonios y relatos de quienes no han sido atendidas a tiempo, a quienes no se le hacen diagnósticos tempranos para descartar sus enfermedades, o embarazos y de las diferentes formas de discriminación de las mujeres migrantes en Costa Rica, a la hora de acceder a los servicios de salud.
Participación económica y trabajo no remunerado
Según un informe de la CEPAL (2022), las brechas de género son una realidad en Costa Rica y representan una forma de desigualdad arraigada en la sociedad. Históricamente, las mujeres costarricenses no han tenido acceso a las mismas oportunidades laborales que los hombres, lo que se ve reflejado en una baja tasa de participación en el mercado de trabajo. Si bien el aumento del nivel educativo de las mujeres y ciertas mejoras en la distribución de la carga de trabajo no remunerado han contribuido a reducir la brecha de participación, aún existen diferencias significativas entre géneros en términos de oportunidades de inserción y ascenso laboral. Asimismo, en materia salarial, las mujeres enfrentan importantes desigualdades asociadas a la discriminación.
Según el mismo informe, la tasa de participación femenina en el mercado laboral ha ido en aumento, sin embargo, a pesar de este importante aumento, la participación de las mujeres continúa siendo baja en términos relativos, lo que se refleja en una brecha entre géneros superior al promedio regional y, en mayor medida, a la observada en los países de ingreso alto. Esto deja en evidencia que muchas mujeres costarricenses siguen enfrentando retos para incorporarse al mercado laboral.
Según ONU Mujeres (2015), a pesar de los avances logrados en materia de igualdad formal, las oportunidades laborales de las mujeres en Costa Rica, se ven limitadas por los estereotipos de género y las normas sociales discriminatorias dominantes, que se traducen en segregación de género —primero en el sistema educativo y posteriormente en el mercado laboral— y en una desigual distribución del trabajo doméstico y de cuidados no remunerado.
Participación política
Según el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe (2023), la presencia de las mujeres en los puestos de toma de decisiones políticas ha sido clave para: avanzar en la igualdad de género y la cultura democrática en América Latina y el Caribe, “incidir en las políticas públicas de igualdad de género para el logro de la igualdad sustantiva.
incorporar las propuestas y demandas del movimiento de mujeres y feministas, que, gracias a las alianzas con mujeres pertenecientes a partidos políticos, se han transformado en propuestas de leyes y políticas públicas”.
De acuerdo al Observatorio, a agosto de 2022, 36 países y territorios de la región contaban con un 25% o más de mujeres ministras en los gabinetes ministeriales y en Costa Rica (50%). De acuerdo con los datos, las mujeres se concentran mayoritariamente en los ministerios de carácter social y cultural (52,6%) y su participación en las carteras del ámbito económico (25,2%) y político (19,6%) continúa siendo sustantivamente menor.
A nivel latinoamericano, en 2022, Costa Rica ocupa el puesto número seis de legisladoras, si bien la mayoría de los escaños continúan estando ocupados por hombres a nivel global, la región sigue a la cabeza en el camino hacia la paridad en los parlamentos nacionales y, en 2022, alcanzó un promedio del 34,9% de representación femenina.
Aunque ha habido avances, la persistencia de los nudos estructurales patriarcales en los sistemas políticos de los países continúa limitando los avances hacia la democracia paritaria debido a la división sexual del trabajo y la organización social del cuidado que generalmente asignan a las mujeres, la violencia contra las mujeres por razón de género en la vida pública y política y el machismo en los partidos políticos.
Violencia de género
Desde 1996, Costa Rica cuenta con la Ley Contra la Violencia Doméstica, como herramienta para solicitar medidas de protección que garanticen la vida, la integridad y la dignidad. En 2007 se promulgó la Ley de Penalización de la Violencia contra las Mujeres (LPVcM), tiene como objetivo principal la protección de los derechos de las víctimas de violencia y la sanción de todas sus manifestaciones, física, psicológica, sexual y patrimonial, en contra de las mujeres mayores de edad.
Pese a las leyes vigentes que tienen la finalidad de prevenir y sancionar la violencia, al 31 de diciembre de 2021, hubo un total de 404 femicidios según el último informe oficial del Subproceso de Estadística de la Dirección de Planificación del Poder Judicial (2023). Y entre el 2016 y el 2022, 200 personas quedaron huérfanas de madre, 147 de ellas eran menores de edad al momento en que sus mamás fueron asesinadas.
Un estudio de las Naciones Unidas recoge datos de la violencia que se vive en Costa Rica, que además de la violencia de género en los diferentes espacios sociales, evidencia un aumento en la violencia digital. La investigación permitió definir que los temas que más generan discursos de odio y discriminación son: la xenofobia (236.000), género (214.000), orientación sexual (178.000), racismo (96.000). La ONU expresó preocupación por el incremento de mensajes xenofóbicos (110%), contra mujeres (72%) y poblaciones LGBTIQA+ (24%). (ONU, 2023).
Un informe de la CEDAW (2023) alerta que si bien, en las últimas décadas Costa Rica logró avances en los derechos de las mujeres, existe una amenaza ante un Estado en retroceso. Las corrientes conservadoras religiosas, los discursos fundamentalistas, la minimización de la violencia contra las mujeres, la no priorización de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y de las obligaciones estatales de derecho internacional de los derechos humanos, generan una gran preocupación ante la persistencia de las desigualdades estructurales y patrones de discriminación que impactan negativamente a las mujeres.
Referencias
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https://www.acnur.org/emergencias/desplazamiento-en-centroamerica
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https://www.academia.edu/96488140/CEDAW_informe_alternativo_Costa_Rica_FINAL_2023
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Instituto Nacional de Estadística y Censos, (INEC, 2023). Recuperado de
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Medrano, Bárbara. «Violencia perinatal y obstétrica en Costa Rica: un reclamo vehemente en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer». San José: CCSS, 2021. https://delfino.cr
Mendoza, C. (2023). Las mujeres migrantes en Costa Rica a menudo son discriminadas en el sistema de salud. Reportaje de Otras Miradas y Gato Encerrado, parte del especial "Desatendidas, mujeres que los sistemas de salud dejan atrás”. Recuperado de
Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe (2023). Participación de las mujeres en la toma de decisiones en América Latina y el Caribe. CEPAL. Recuperado de
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ONU Mujeres (Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres) (2015), El progreso de las mujeres en el mundo 2015-2016: Transformar las economías para realizar los derechos, Nueva York: ONU Mujeres.
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https://news.un.org/es/story/2023/07/1522522
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